• 3x20 progama de la oveya negra 19/02/14



    Hoy queríamos hacer un símil, una comparación. Como todo sabréis, el PP, y el entorno de esta derecha rancia y anclada en el pasado, utiliza a ETA como un comodín para desacreditar todo lo que no les gusta, o todo lo que no entienden. ¿Pues sabéis qué? La izquierda más rancia y anclada en el pasado, hace exactamente lo mismo, pero en este caso no utiliza a la ETA, sino a esa misma derecha rancia, y a los complots que ésta, según nos dicen, no para de elaborar.
    Pero eso no ye todo, además, estos dos ámbitos de la política española no sólo coinciden en las formas, sino también en los casos. Es decir, los dos critican los mismos hechos. Si para la derecha más rancia el 15M era ETA, para la izquierda más rancia era un complot de la derecha para evitar una revolución de izquierdas. Si para la derecha más rancia el 25S rodea el congreso era un acto terrorista, para la izquierda más rancia era otro complot de la derecha para evitar que se construya una verdadera oposición al capitalismo.
    Y es que para este ámbito de la izquierda todo, y cuando decimos todo ye todo, lo que no sea ellos mismos, es contrarrevolucionario y/o fascista. Primero lo fue el 15M y DRY, después el grupo Anonymous y el OWS, el 25S, las mareas también tuvieron lo suyo con la celebración de la manifestación del 23F, y tampoco se salvó el Partido X, e incluso también fueron tachadas de contrarrevolucionarias agrupaciones como el Frente Cívico del propio Anguita, y ya, por último, y que fue lo que motivó esta introducción, también se está tachando de contrarrevolucionario a Podemos, y a sus caras más conocidas de burgueses progres.
    Vamos a decir una cosa, y que no se ofenda nadie, lo decimos sin acritud, vamos, sin mala leche, pero los antaño revolucionarios se están convirtiendo en parte de la reacción, en reaccionarios. Sus posturas inmovilistas y su actitud excluyente, no sólo los aísla a ellos mismos cada vez más, sino que también los convierte en un lastre para muchos movimientos y acciones que actualmente se están llevando a cabo. Y es que sus críticas no son entendidas en un momento en donde todo el mundo está empujando, en donde todos pedimos unión.
    Los grandes sindicatos son acusados de colaboracionistas con el sistema, su actitud ante los recortes así lo atestigua, pero pretender ser todo lo contrario, es decir, creerse el paladín de la justicia del pueblo, y tener una hoja de ruta tan clara que nunca toma en consideración la de los demás, al final, produce el mismo resultado.
    Y lo volvemos a repetir, no se trata de acusar, sino de construir, los tiempos cambian, las personas cambian, y aunque el objetivo sea el mismo, los discursos, por tanto, también deben cambiar

    La Oveya Negra

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