• 3x19 programa de la Oveya negra 12 de enero de 2014



    El jueves pasado hemos vivido una nueva tragedia de la inmigración, 15 subsaharianos han fallecido ahogados mientras intentaban cruzar la frontera entre Marruecos y España. Buscando un futuro mejor en Europa, se han aventuraron a… y blablablá, y  blablablá, qué bien queda en la prensa este tipo de titulares y que bien queda en la boca de los políticos, este tipo de argumentos, pues que se sepa, y lo decimos bien alto y claro, SON MENTIRA. Sí, sí, no son más que falacias de lo políticamente correcto, no son más que comentarios asépticos que quieren mostrar falsos sentimientos, seamos realistas, sí al rey no le quita el sueño el paro de los jóvenes españoles, ni las ganas de ir de cacería a Botswana, también sea dicho, la muerte de 15 inmigrantes ni siquiera le va a joder la siesta, ni al rey ni  a ninguno de nuestros políticos.
    Estos 15 inmigrantes han sido asesinados, sí, sí, asesinados, un asesinato ejecutado por la guardia civil, pero que tiene como verdaderos autores a  nuestros políticos. Y no son sus primeros crímenes.
    Pero haríamos mal en mirar solamente a los políticos españoles o italianos, acordaros lo que sucedió hace apenas 3 meses en Lampedusa, Italia, cuando murieron más de 300 inmigrantes. Ya que mientras los países del sur cargan con la labor de ser la frontera física con el continente más empobrecido del mundo, los países del norte miran para otro lado, a la vez que la UE endurece las leyes de inmigración. Así, la solución que proponen para evitar esto, es la de poner cuchillas en una valla que ye cada vez más alta, más larga y tiene más vigilantes vestidos de verde.
    Nos parecía horrible el muro de Berlín, y por ello se celebró en todo el mundo su caída, pero luego justificamos el levantamiento no de uno, sino de varios muros igualmente injustos. Aparte del muro de la inmigración de Ceuta y Melilla, existe un muro de la vergüenza construido por Israel entre judíos y palestinos y otro más entre EEUU y México. Todos ellos separan a pobres de ricos, a oprimidos de opresores, a unos pretendidos delincuentes, de unos autoproclamados como justos, pero ojo! sólo en un sentido, el Rey puede ir de cacería a la África negra sin saltar ninguna valla, Nestlé puede sortear guerra tras guerra mientras esquilma las tierras africanas sin cruzar en patera ningún estrecho, o las empresas mineras esclavizan a niños para obtener sus recursos minerales que luego convierten en ordenadores o coches para nosotros, sin ser perseguidos por la guardia civil o ser tachados de ilegales.
    Este ye el genocidio del capitalismo, un genocidio de pobres, un asesinato de los desheredados de la globalización… un crimen, ocultado por los medios de comunicación… y ejecutado, por los políticos.

    La Oveya Negra

0 comentarios:

Publicar un comentario