No se sí os
habréis dado cuenta, pero existe una campaña publicitaria tanto por parte del
gobierno como de los medios afines, de magnificar los datos y cifras
macro-económicas, como la balanza de exportaciones, los datos del paro del
ministerio de trabajo, o la inauguración de obras como las del AVE, para
decirnos, como hace el mismísimo Rajoy, que ya hay luz al final del túnel. Ya se está
preparando todo para inculcarnos que el fin de la crisis está cerca, y muchos,
incluso aventuran su final hacia mediados-finales del 2014
Será un fin
basado exclusivamente en cifras macroeconómicas, y que se anunciará a bombo y
platillo por políticos y medios de comunicación. Con todo
ello se empezará a pregonar a los 4 vientos que las medidas llevadas a cabo
fueron de utilidad, que sin ellas todavía estaríamos en ese túnel oscuro y
húmedo. Pero
también, nos advertirán que aun estamos convalecientes, que podemos tener
recaídas, y que por tanto todavía no se puede recuperar nada de lo sacrificado. Así, la
crisis nos dejará como herencia una juventud que no podrá pagarse los estudios
y que estará resignada a trabajar el doble por la mitad de salario, así, la
crisis nos dejará una sanidad y educación menguadas y con las puertas abiertas
a la privatización, así, la
crisis nos dejará unas pensiones reducidas tanto en retribuciones como en
derechos, pero sobre todo, la crisis, nos dejará un estatuto de los
trabajadores más propio del siglo XIX
Pero la
crisis también nos ha dejado algo bueno, nos ha dejado un ejemplo, nos ha
dejado al 15-M y toda la corriente de contestación social que se generó. Y es que el
15-M, que ayudo decisivamente a que se hiciese pública la estafa que es
realmente esta crisis, ha servido de ejemplo a Europa de lo que el capitalismo
nos está arrebatando a cambio de un cada vez más menguado estado del bienestar
Todo este
periodo de contestación social desde abajo, desde el pueblo, abierto en el
continente europeo, en el norte de África, en Turquía, en Brasil, en México e
incluso en EE.UU con el Occupy Wall Street, ¿servirá de algo? ¿habremos
aprendido algo de utilidad? Y no sólo
nos referimos a la gente que participó en estos movimientos, si no también a la
gente que los rechazó, también desde la izquierda, o incluso a lo que lo
miraron desde la barrera, ¿Habremos sabido no sólo oír, sino también escuchar?
Por
desgracia, nos guste o no nos guste, las próximas elecciones generales serán el
verdadero termómetro que la sociedad tomará para medir estom y mucho nos
tememos que la supuesta salida “oficial” de la crisis, y su consiguiente
campaña publicitaria, que nos prepara el bipartidismo y sus medios afines, hará
que muchos vuelvan a votarlos, otros, dirigirán sus miradas a sus pequeños
partidos cargados de razones y esperanzas, pese a considerarse antisistemas,
pero menguados en autocríticas y llenos de ombliguismo, y finalmente, otros,
sin más, decidirán no ir a votar
Somos
pesimistas?, no, somos realistas, y es que o pasa algo en la calle, que es donde
realmente se cambian las cosas, o sino no pasara nada, sí dejamos que esto
continúe con su curso normal, ese será, por desgracia, el panorama que nos
espera
La Oveya Negra
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