• ¡Se pueden aprender cosas nuevas!


    ¡Se pueden aprender cosas nuevas!



    Se acerca el día de la acción “Ocupa el Congreso”, y muy pocas son las voces que se resisten a dar su opinión sobre ella. Esto ha propiciado un intenso y extenso debate enfocado, especialmente, hacia la legalidad o legitimidad de esta acción dentro de un sistema democrático como el nuestro. Desde la Oveya Negra intentaremos aportar una perspectiva histórica al debate.
    Y lo primero que nos gustaría señalar, es que el concepto de democracia no es un concepto cerrado, sino abierto, que a evolucionado a lo largo de la historia y que todavía lo seguirá haciendo, y de manera inseparable, a como lo haga la sociedad en la que vivamos. Un ejemplo de esto lo encontramos en el siglo XIX, cuando se denominaba y se admitía mayoritariamente, el llamar democracia a un sistema político que no permitía el voto a las mujeres, sin embargo, ahora, no consentiríamos tal calificativo. 
    Pero la historia nos enseña mucho más, como por ejemplo, que las cosas siempre empeoran, y de que manera, para los de abajo. Da igual en que época histórica rebusques, siempre es el pueblo el que sufre las consecuencias de todo, de las hambrunas, de las pestes, de las guerras, y sobretodo, de la codicia y estupidez de sus gobernantes. 
    Pero también hemos podido ver a través de la historia, como, el pueblo, a pasado de objeto a sujeto, como sucedió en la revolución francesa o en las luchas obreras, pero a su vez, también hemos visto como eran necesarias situaciones de extrema opresión o necesidad, para que la sociedades estallasen y se cambiaran las tornas. Esto, nos remite directamente a la legitimidad de la convocatoria del 25 de setiembre, ¿Debe el pueblo esperar, otra vez, a encontrarse en una situación extrema para reaccionar?
    Como todos estamos viendo en estos últimos años, es más que palpable que la sociedad pide a gritos una mayor y mejor participación política, por lo que la democracia debería responder ante ello evolucionando, como ya hiciese después del siglo XIX otorgando el voto a las mujeres, y también es palpable, la pérdida de derechos y el retroceso de la calidad de vida al que, de nuevo, nos vemos abocados, así, a nuestra opinión, la conclusión es clara: no, el pueblo no debe esperar a encontrase en una situación extrema para reaccionar, debemos aprender de los ejemplos pasados y no dejar que nos engañen, sólo nosotros podemos mejorar las cosas y cuanto antes lo hagamos, mejor! 



    La Oveya Negra

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